Atento, hoy te voy a contar algo que lo mismo te interesa si tienes una idea y estás pensando en emprender.
Igual hasta puede que te ahorre algún tortazo y con ello algo de dinero.
Te voy a hablar del MVP, o mínimo producto viable, y la importancia que esto tiene para emprender pero que la mayoría no sabemos aplicar bien cuando empezamos. De hecho, yo me di unos cuantos cuando empecé por no aplicar esto bien así que, igual con los míos te puedes ahorrar alguno tú.
Bien. No te muevas que te lo cuento ahora.
Mira, cuando uno empieza a emprender siempre va un poco flipado. Al menos en mi caso era así. Quizás va con la edad, pero es cierto que en los inicios la ignorancia sumada al gran entusiasmo es una combinación que tiene cosas muy buenas, pero también te puede hacer perder el tiempo y dinero en cosas absurdas.
Es normal, no sabes lo que es importante todavía.
Esto lo estoy viendo precisamente mucho en estos últimos meses que, a raíz de este podcast, estoy hablando con gente que está empezando y veo que, muchos, no todos, pero si muchos, van camino de cometer los mismos errores que yo cometí.
Y quizás es necesario vivirlo en tus propias carnes para darte cuenta y aprender. Puede ser. Pero hoy quiero contarte los míos y como muchos de ellos se hubieran evitado con un mínimo producto viable, porque lo mismo estás pensando en emprender un negocio por primera vez y esto te puede ahorrar algo de tiempo y dinero.
Mira.
Cuando emprendimos con Flip&Flip, yo tenía 23-24 años cuando empecé a desarrollar esta idea. Cuando lo lanzamos acababa de cumplir 25.
Si empiezas a sacar cálculos, verás que pasaron casi 2 años desde que tuve la idea hasta que lo lanzamos y esto es una absoluta estupidez.
Quizás digas: “Ya, pero depende del proyecto” y tienes toda la razón. Si estás pensando en lanzar Space X, no va a ser fácil ni rápido. Pero si es la primera vez que emprendes un negocio y no tienes ni idea, quizás un negocio tan complejo como Space X no sea lo más adecuado para ti.
En nuestro caso, que es de lo que puedo hablar, te diré que definitivamente podíamos haber lanzado el proyecto en 6 meses, o menos, y no hubiese ido peor. Igual hasta mejor.
¿Por qué?
Pues porque nos tiramos meses y meses dándole vueltas a una idea, ¿en base a qué? A lo que creíamos nosotros que el mercado demandaba.
Y después, nos dimos cuenta de que el producto gustaba mucho, el diseño era muy potente y rompedor, pero era para minorías. Es decía, muy poca gente estaba dispuesta a pagar esa cantidad por ese producto. Y cuando empiezas, o tienes mucha notoriedad y te puedes permitir vender un producto por varios miles de euros, cosa que nosotros no teníamos, o si vendes para minorías a precios no muy altos, te va a costar mucho rentabilizar el negocio.
Si hubiésemos lanzado antes, antes hubiésemos podido ver qué es lo que realmente quería la gente y antes podríamos habernos adaptado, ahorrándonos tiempo y dinero.
Mucha gente, empieza antes a buscar inversores, aceleradoras y premios que a lanzar para comprobar si realmente hay negocio en esa idea.
Parece que el río lleva agua, pero hasta que no tiramos una o varias cañas, no sabemos si hay peces ahí debajo.
Normalmente, la primera vez, una vez tienes la idea empieza el papeleo. La documentación infinita:
Estudios de mercado que nunca acaban porque siempre descubres nuevas ideas, nuevos competidores, nuevos datos.
Haces el mejor business plan que harás en tu vida (y posiblemente el único).
Presentas tu idea a aceleradoras en las que te dirán que el business plan es clave y que lo hagas aún mejor para contactar con inversores.
Excels, números.
En definitiva, papeles y papeles en el aire.
Mucho papel pero repito, todo en base a lo que nosotros creemos. El excel lo aguanta todo. Saco unas tablas del INE para calcular el volumen de mi público objetivo. Me invento el porcentaje de mercado que voy a tener. Multiplico por precio y tachan, el excel nos dice lo que voy a facturar.
¿Dentro de cuando?
De cinco años. Porque siempre se dice que debes hacer un plan de negocio a 5 años.
No sabemos lo que va a pasar al año que viene y sin tener experiencia en base a nada lo vamos a saber en 5 años.
Después está el problema de ser demasiado perfeccionista. Si eres diseñador o estas ligado al producto, es probable que te pase como me pasaba a mi.
Pasas meses y meses desarrollando el producto perfecto. Perfecto para ti. Recuerdo que con Flip&Flip nada nos parecía bueno. ¡Hagamos otro prototipo! ¡Y otro! La web, lo mismo, nunca estaba acabada. La campaña de lanzamiento debía ser perfecta, mejor que la de Nike. Invertimos una cantidad de esfuerzo, tiempo, y también dinero, desmesurada.
Y la realidad es que cuando sales al mercado es cuando empieza el juego.
Te das cuenta de que ese público objetivo que has calculado no está en la puerta de tu tienda para comprarte el producto.
Resulta además, que el producto seguramente no es exactamente lo que quiere la gente. O incluso el precio no es el correcto. Como a nosotros nos pasó, que calculamos el PVP sin saber del sector y luego nos dimos cuenta de que cuando le vendes la mochila a una tienda o distribuidor, este se lleva un margen, que no es poco. Así que, tuvimos que cambiarlo. De nuevo, el excel del plan de negocio falló.
De verdad. El tema del perfeccionismo es algo muy común. Veo mucha gente que me dice que quiere emprender, o que quiere lanzar un podcast, y pasan los meses, y ves que siguen en el mismo bucle. No se deciden a lanzarse, porque están ideando el plan perfecto.
En realidad, aquí, reconozco que lo que pasa es que tenemos miedo.
Piénsalo. Esa idea, en tu cabeza es maravillosa. La imaginas y disfrutas de la hostia. Por eso tienes miedo a que cuando la lances, la realidad te de un tortazo y esa idea deje de ser tan maravillosa.
Pero cuando antes la lances, antes podrás mejorarla en caso de que necesite, para convertirla con el tiempo en esa idea maravillosa.
Piensa que el fundador de Nike empezó importando unas pocas zapatillas de Japón y así, a base de escuchar lo que le decían sus primeros clientes y de muchos fallos y muchos años ha sido cuando ha ido construyendo la Nike que conocemos hoy. Pero las primeras zapatillas, eran muy mejorables.
Mira.
Solo hay una forma de emprender y es emprendiendo. Es haciendo y deshaciendo así que, lanza cuanto antes.
Para esto, es clave conocer bien lo que es un MVP (Mínimo Producto Viable). El nombre es bastante descriptivo, pero no es lo mismo saber qué es que saber aplicarlo bien en tus lanzamientos.
Yo estoy obsesionado con esto y es la manera en la que lanzo ideas o negocios a día de hoy. Es totalmente opuesta a como lo hacía antes y los resultados me dicen que es mucho mejor. Lo he probado, y he visto que es la manera. No hay nada como probar las cosas.
Un mínimo producto viable es un prototipo de tu producto o servicio lo más mínimo pero sin perder la viabilidad. Es decir, es establecer qué es lo mínimo que necesitas para lanzar tu producto al mercado y comprobar si la gente está dispuesta a pagar por él.
Ojo, repito: Comprobar si la gente está dispuesta a pagar por él. Solo hay una manera de que te demuestren esto y es que la gente te lo compre. Que no es lo mismo que diciéndote que pagarían por ello. Que nos conocemos.
Lo primero, es saber quién es tu cliente potencial, identificarlo claramente y saber qué problema le vas a solucionar. Esto seguro que lo has pensado antes, porque, en teoría, de ahí es de donde te habrá surgido la idea.
Bien, pues una vez tengas claro esa idea, podrías por ejemplo contársela a personas de tu público objetivo para ver qué opinan de primeras. Seguro que te dan buenas ideas.
Cuando vas a definir cómo será ese mínimo producto viable que lanzarás al mercado es importante definir bien esas funciones mínimas que debe tener tu producto o servicio para que ese test que realmente quieres hacer en el lanzamiento sea viable.
Lo importante es minimizar los recursos al máximo sin descuidar la viabilidad.
Esto es importante. Porque imagina que lanzas una silla al mercado y dejas solo 2 patas, pues como que no vas a poder probar el producto en el mercado. Este ejemplo es muy chorras, pero creo que es gráfico para entender a lo que me refiero.
Yo lo que suelo hacer es hacer dos columnas, en una me voy poniendo las funciones mínimas que tiene que tener ese producto mínimo viable si o si. Una vez definas lo mínimo, todo lo que salga de ahí, lo anotas en otra columna como funcionalidades que quizás añadas en un futuro. Ya veremos, el mercado te lo irá diciendo. Pero no es necesario que las añadas ahora.
En mi caso, con RuralClub, había y sigue habiendo muchas cosas que mejorar en el producto, desde luego, pero entendí que yo lo que quería saber era si la gente estaba interesada en buscar alojamientos en los que vivir y trabajar en remoto desde entornos rurales. El primer producto ni siquiera tenía claro el modelo de monetización, pero dejé claro desde el primer momento que lo iba a monetizar de alguna forma. Pero fue después, con la web lanzada y hablando con usuarios de la herramienta y, por otro lado, con colivings que iba añadiendo, cuando vi el modelo de monetización más adecuado. Así que, cree un formulario de reservas sencillísimo hace unas semanas y así es como voy a comprobar si están dispuestos a pagar por esto.
RuralClub lo hice y lancé en 1 mes.
A partir de ahí, recuerdo que gracias al lanzamiento en Product Hunt, mucha gente me sugirió mejoras y las que veía que eran comunes entre varios y consideraba interesantes las iba anotando en una lista para ir añadiendo al producto y mejorándolo.
Pero no en base a lo que creo yo que demanda el mercado, sino a lo que me dice el mercado.
Y de verdad, estas funcionalidades eran mucho mejores que las que yo había apuntado en aquella columna de “funcionalidades a añadir en el futuro”. Muchas, con el tiempo ves que ya no tienen tanto sentido. Esta es la magia de salir al mercado cuanto antes.
Esto te permite fallar rápido y barato y así ser más ágil para poder pivotar y adaptarte al mercado más rápido.
Si es tu primera vez emprendiendo, no tienes experiencia y quieres lanzar un ecommerce, pues intenta buscar la manera de probarlo rápido e invirtiendo los menores recursos posibles.
No compres mucho inventario de inicio de algo que nunca has vendido, porque si no se vende, te lo vas a comer con patatas. Piensa otra forma de hacerlo. Quizás puedes poner ese producto en dropshipping, aunque no ganes margen y no sea la forma ideal, simplemente para ver si se vende, y ya con los datos en la mano, si se vende, salir a buscar proveedor.
Mira. Hace unos meses Victor Rodado, que ha pasado por este podcast, compartía en Linkedin el caso de Rocío, su pareja, que en el confinamiento lanzó Miniplanta, montó un MVP muy MVP, quiere decir una tienda en Shopify hecha en hora y media, invirtió 15€ en Facebook Ads. Y en 2 horas facturó 150€, cerró la tienda, buscó proveedores y en 2 semanas lanzó de nuevo. Correcto, no tenía proveedor, ella lanzó, probó, después buscó proveedor y montó un ecommerce que el primer mes tuvo 400 pedidos con un ticket medio de 30€ y un margen del 35-40%.
Esto es un claro ejemplo de MVP bien ejecutado. Sin plan de negocio y sin papeles en el aire.
Conclusión, no hagas caso a gurús de emprendimiento que no han emprendido nunca.
Mira lo que hace la gente que hace cosas. No a los que dan lecciones de cómo se deben hacer las cosas.
Sal del camino tradicional.
Por muy complejo que te parezca el negocio, piensa, porque siempre va a haber una forma de lanzarlo con menos recursos.
Como dice mi querido Juan Carlos: “primero balas y luego cañonazos”.
De hecho, justo ahora estamos trabajando en un proyecto juntos y el reto que nos hemos puesto para el MVP ha sido: vamos a definir nuestro camino más rápido para alcanzar el primer dólar. Si conseguimos el primer dólar, ahí hay algo. Pero primero, el primer dólar.
Dicho todo esto, es posible que tengas que vivirlo y darte los tortazos si es la primera vez que emprendes, pero ojalá los míos puedan evitarte alguno. Puedes profundizar más sobre el concepto de MVP que forma parte de la metodología lean startup, que es super interesante.
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Esto es todo.
Mil gracias siempre por escucharme.
¡Nos vemos pronto!