27. Mi camino, mi meta para los 40. Tengo un plan

 

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Mi plan de gurú

Cuando pensé en grabar este episodio, iba a poner un título más pretencioso tipo “quiero ser rico”, o algo así, ya sabes, para hacer un poco de clickbait y conseguir que más gente entrase a escucharlo, pero, finalmente, lo deseché. ¿Sabes por qué? Pues porque hubiera acabado entrando gente buscando consejos de gurú, y ya sabes que en este podcast no hay hueco para los gurús. De hecho, si por casualidad andas perdido y has caído por aquí buscando un plan maestro para hacerte rico antes de los 40, te diré que no existe, por mucho que los gurús se empeñen en venderlo en sus cursos, porque, si existiese y fuese tan fácil como seguir un plan, todo el mundo sería rico, incluso yo.

Mi plan consiste en un plan de vida y, ya te adelanto, que se basa en trabajar como un cabr*n para intentar conseguir algo en un futuro, sin tener la certeza de que lo conseguiré. 

Bueno, una vez aclarado esto te cuento que sí, quiero ser rico, lo asumo, y, fundamentalmente, quiero ser rico en tiempo. 

En mi manera de entender la vida el tiempo es lo más valioso que tenemos, como ya decía Salvador Dalí, lo que pasa es que en la sociedad en la que vivimos el dinero es la manera más factible de comprar tiempo. Piénsalo, si no tienes dinero suficiente, acabarás teniendo que ir a un sitio a intercambiar, al menos, un tercio del tiempo de tus días para conseguir dinero. Dinero con el que, en el mejor de los casos, y digo en el mejor de los casos porque para mi generación no está muy claro el tema, podrás comprar todo el tiempo del mundo a los 67 años. Es decir, podrás ser rico de viejo. Desde luego, es una estrategia válida para quien le funcione, pero a mi no me convence.

 

Quiero ser rico y esto es lo que realmente necesito

Yo tengo un plan y te lo voy a contar. Creo que no es habitual que la gente tenga un plan, pero la verdad es que yo no podría vivir sin uno. 

Una vez tienes claro que, como te decía, quiero ser rico, el primer paso, y el que fue más difícil en mi caso y, me consta, también en el de otras personas con las que he hablado, es determinar qué es “ser rico” para ti. 

¿Ser rico es tener un Lamborghini aparcado en el garaje, tener una mansión con una infinity pool y llevar relojes caros? Pues es totalmente lícito, pero en función del nivel de vida que establezcas como objetivo, más o menos capacidad económica vas a tener que alcanzar y, por lo tanto, salvo que te toque la lotería, que ya te adelanto que las probabilidades son de 0,0000074%, o que provengas de una familia adinerada, lo cual me hace pensar que no, porque si no no estarías escuchando esto, salvo esas dos posibilidades, te va a tocar trabajar como un cabr*n. 

Si es lo que quieres, adelante, inténtalo con todas tus fuerzas. En mi caso, aunque sí que tengo grandes ambiciones, van por otros cauces. 

Pero hacer un autoanálisis sincero y determinar esto es complicado. Como le gusta decir al amigo y mentor Juan Carlos, “es simple, pero no es fácil”. 

De hecho, fue lo primero que trabajé con él cuando lo conocí. Recuerdo que me dijo una frase que se me quedó marcada: “lo verdaderamente importante es que lo verdaderamente importante sea lo más importante”. Esta frase del amigo Juan Carlos, ojo, porque, de nuevo, parece fácil, pero no lo es. De hecho, a mi me costó bastante determinarlo. 

Lo primero que hice fue sentarme a escribir, porque lo que queda por escrito queda más claro, así que, escribí en un papel de un folio por las dos caras, no más, cómo me veía dentro de 10 años. Es importante establecer una visión a largo plazo, 10 años en mi caso estaba bien, después ya iremos viendo que nos toca hacer a corto plazo. Pero eso va después, no nos adelantemos. 

A grandes rasgos, se resumiría en que quiero ser libre. Y aquí me pregunté, ¿para qué quiero ser libre? No vaya a ser que después de todo el esfuerzo, cuando llegue a ese punto que busco, no sepa qué hacer o me de cuenta de que no es lo que realmente quería. En mi caso, tengo claro que quiero ser libre por tres razones principales: la primera es poder disfrutar con mi gente, eso, aunque ahora no les dedique a veces el tiempo que merecen, tengo claro que es lo más importante para mi. Lo segundo es que quiero poder crecer día a día y, para poder crecer, necesito tiempo para aprender cosas nuevas y desarrollarme. Tiempo para pensar. Yo entiendo la vida como una superación continua y, la verdad, esto me permite que nunca tenga tiempo de aburrirme. Siempre va a haber proyectos o temas que me motiven, sean profesionales o personales. Y el tercer punto por el que quiero ser libre es para seguir creando. Tengo la necesidad constante de crear, y no necesariamente me refiero a cosas que tengan que dar dinero. La diferencia es que ahora necesito crear cosas que den dinero pero si llegado el momento consigo tener la libertad de no preocuparme por el dinero, tengo claro que seguiría creando, pero sin la necesidad de hacerlo por dinero. Lo de la contemplación desde el sofá creo que no va conmigo. O sí, quién sabe. 

Una vez escribí a grandes rasgos donde me veía dentro de 10 años, tocaba ir más al detalle. Puede parecer inútil, ya que es muy probable que los pequeños detalles cambien, pero sí hay detalles que son importantes para tí y los grabas en papel, podrás revisarlo con frecuencia y tenerlos presentes para no desviarte del camino. 

Entiendo que todo esto puede parecer un coñazo para mucha gente, incluso para ti, hay mucha gente que predica más con el “vive el momento” y “déjate llevar”, de nuevo, yo lo respeto, faltaría más, pero con los años he asumido cuál es mi filosofía de vida y entiendo la vida como un proyecto, necesito tener ambiciones y objetivos que me muevan. Es lo que me hace feliz y no quiero sentir que desperdicio la vida porque la valoro mucho. 

Una vez clara cuál es mi filosofía de vida, que te recomiendo que si no la tienes la busques,  me tocó determinar el segundo paso: cuál es la dimensión de mi riqueza. Cuando yo era más joven, admiraba muchísimo a los grandes como Steve Jobs o Amancio Ortega. Leí mucho sobre ellos y, aunque reconozco que sigo admirando ciertas cosas, otras no, descubrí que eso no va conmigo. Para mí, la riqueza a esos niveles tan altos conlleva una responsabilidad desmedida, y eso se aleja mucho de la libertad que yo busco. 

Quiero crear negocios rentables, que me den dinero, mucho dinero a poder ser, pero sin permitir que eso me haga preso. Te explico, mi idea es crear un entramado de negocios que me permitan tener el dinero suficiente para ser libre. Este entramado de negocios deben girar en torno al diseño, a qué sí no. Podrá parecer que están más o menos relacionados entre sí, porque trataré de diversificar y probar diferentes negocios en los sectores que crea que puedo sacarle más rendimiento, pero siempre tendrán un elemento común que es lo que yo controlo, el diseño. 

Además, la manera en la que yo entiendo el diseño es como la solución de problemas y la responsabilidad con nuestro entorno. De ahí mi marca de mochilas sostenibles Flip&Flip, y otros proyectos sostenibles para clientes que hacemos también con Estudio Iber. Aquí va este momento de autopatrocinio, ya que no meto anuncios en el podcast, aprovecho para anunciarme yo, que de alguna manera hay que rentabilizar esto. 

Y es que precisamente de esto último, de rentabilizar, es de lo que más cuenta me he dado en los últimos años. Yo antes quería cambiar el mundo y no miraba tanto la rentabilidad a corto plazo de los proyectos. Así me ha ido que he palmado dinero por todos lados, pero he aprendido mucho, entre otras cosas, que ahora tengo claro que el diseño ha de ser rentable. Primero creamos negocios rentables y después cambiamos el mundo, pero no al contrario. 

Cada proyecto que lance, debe tener una estrategia clara para alcanzar la rentabilidad. Incluido este podcast, pero eso te lo contaré en otro episodio, tal vez pronto, quien sabe. 

En lo personal, dentro de 10 años me imagino habiendo formado una familia. Quizás 2 o 3 hijos. Y bueno, tengo claro que cuando llegue ese momento, diré, ya me lo decían mi abuelo y mis padres, que esto es lo mejor que he hecho en la vida. Lo tengo claro, pero no hay prisa. Tranquilos, ya llegará, que aún no he cumplido los 30. 

Otra cosa que yo me imagino muchas veces es el tipo de casa en la que me gustaría vivir. Soy un apasionado del interiorismo, para mi el espacio en el que habito es muy importante para todo, para mi estado de ánimo, para todo. No necesito lujos, lo tengo claro, pero sí que me imagino una casa llena de luz, con un ambiente inspirador, llena de libros, música, una zona exterior dónde mis hijos puedan jugar y nosotros pasar tiempo con familia y amigos. ¿Y en qué lugar viviré? Pues me gustaría haber conseguido que mis negocios se puedan manejar en remoto, sean globales y el lugar en el que viva no sea un lugar determinante. Reconozco que me gusta vivir cerca de mi gente porque son mi toma de tierra, pero sí tengo clara una cosa, tengo mentalidad global a la hora de vivir y montar negocios, y estaré allí donde tenga que estar. Creo que solo se vive una vez y el mundo es riqueza. 

Me imagino en ese momento teniendo más tiempo que ahora, y aunque seguiré trabajando bastante, porque me gusta, espero poder haber levantado un poco el pie del acelerador. Esto creo que lo conseguiré pudiendo tener un equipo en el que delegar ciertas tareas y yo poder centrarme en la parte creativa y estratégica, que es la que me gusta y en la que creo que más bueno soy. No me imagino un equipo grande ni grandes estructuras, no es lo que quiero, me imagino un equipo en remoto, de unas 15-20 personas máximo, no sé si serán contratadas o colaboradores freelance como ahora, pero, al fin y al cabo, personas de confianza, que son mucho mejores que yo en sus áreas y en las que puedo delegar. 

Cuando escribí todo esto, me olvidé de una cosa que yo no consideré importante pero Juan Carlos me dijo que sí que lo era. Estaba muy bien tener todo esto claro, pero faltaba cuantificarlo. Es decir, ya sé cuáles son mis necesidades pero ¿cuánto cuestan? 

Yo pensé que era absurdo porque las cifras varían y es muy difícil saber a futuro cuánto estará facturando mi empresa o cuál será mi patrimonio, pero, desde luego, hay algo que no entendía en ese momento. 

Si te marcas un objetivo numérico, ayuda. ¿Por qué? Porque necesitamos medir las cosas y la manera más fácil de medirlas es cuantificándolas. De acuerdo, yo quiero llegar ahí dentro de 10 años, pero ¿cómo sé que dentro de 5 años estoy yendo por el camino correcto si no tengo una cifra sobre la que medirlo? Esto no es una cuestión de querer ser materialista, ni de querer alardear de nada, sé que en España hablar de dinero todavía es un tema tabú, pero quiero dejar claro que, simplemente, es mi objetivo y no tengo ni idea de si lo conseguiré o no, pero sí tengo claro que lo voy a dar todo para intentar conseguirlo. Puede que tu objetivo sea otro mayor o menor, no importa, lo importante es que sepas lo que necesitas y lo que te hace feliz. Como siempre digo, a mi, como aprendiz de otros, me fastidia mucho cuando alguien me dice que tiene éxito en algo pero no me cuenta las cifras para poder medir qué es éxito para él y poder saber sí también lo es para mi. Cuando una empresa me dice que factura X millones pero no muestran si son rentables a final de año. Todas esas cosas creo que son engañosas y pueden hacer que gente joven que las vea se confunda. Por eso, creo que sin querer ser pretenciosos, pero como cura de humildad, es más beneficioso contarlo. En mi caso, considero que para alcanzar mi libertad financiera debería tener a los 40 años 1M€ en patrimonio, ojo, no quiero decir en liquidez. Creo que con 1M€ medianamente bien invertido, que me pueda dar una rentabilidad aceptable de más o menos un 6% anual, después de quitar la parte que se lleve hacienda, podremos vivir cómodamente sin tener la obligación de intercambiar mi tiempo por dinero constantemente. Sé que no me retiraré aunque pudiese hacerlo, ni con 40 ni con 50, pero sí que quiero tener la libertad de poder hacerlo, o de poder elegir qué cosas quiero hacer y cuáles no, para poder dedicar más tiempo a mi gente. No quiero esperar a los 67 años para empezar a disfrutar de la libertad. 

Ahora mismo, trabajando tantas horas al día como trabajo, no podría atender a una familia como a mí me gustaría, y está claro que ahora lo hago porque es lo que quiero hacer en este momento, pero no quiero ni creo que pueda mantener este ritmo toda la vida. 

Como te digo, la cifra no es lo más importante, pero sí que ayuda a determinar qué es realmente lo que necesitarías para estar satisfecho y marcar un rumbo para no fliparte y no vivir por encima de tus posibilidades. Lo que realmente es importante es saber qué es lo que te permite esa cifra y si realmente eso merece la pena por todos los sacrificios que tendrás que hacer en el camino para conseguirlo. Quizás cuando te pones a hacer este ejercicio te das cuenta de que lo del Lamborghini no era tan importante. O igual no, quién sabe. 

 

La importancia de tener un plan escrito

Vale, ya tengo por escrito lo que espero alcanzar en 10 años, pero una meta sin un plan o un sistema definido es solo paja. 

Lo más importante es saber qué tengo que hacer hoy, y mañana, y pasado, pero sobre todo hoy, para llegar ahí dentro de 10 años o los que sean. Ya te lo adelanto: trabajar, y trabajar mucho, pero con cabeza, con sentido, con rumbo. 

Recuerdo que cuando terminé de escribir mi meta a 10 años, Juan Carlos me recomendó sacar un Excel y ponerme a calcular cuánto tenía que ir incrementando mis ingresos año a año para alcanzarlo.

Cuando empiezas a hacer este ejercicio te vuelves bastante loco, porque, al menos en mi caso, me di cuenta de que era mucho dinero. No sabía de dónde iba a sacar tanto dinero. 

La manera en la que yo lo hice fue calcular cuál sería ese nivel de gasto mensual de ese supuesto nivel de vida que me gustaría alcanzar en 10 años, y por contra, qué cantidad de patrimonio invertido debía alcanzar para poder soportar ese nivel de vida. ya te he dicho antes la cantidad. 

De ahí, solo quedaba ir hacia atrás año a año para ir determinando el nivel de ingresos, ahorro, inversión y gastos que debía tener año a año para alcanzarlo. 

Para incrementar tu patrimonio sólo hay un camino, ahorro e inversión, inversión y ahorro. De nuevo, es simple pero no es fácil. Si ganas 2000 y gastas 2000, o incluso vives por encima de tus posibilidades, y esto lo mantienes como filosofía de vida, ganes lo que ganes, no hace falta ser un lumbreras para saber qué será complicado que incrementes tu patrimonio. Es simple, si ganas 2000, intenta quitar todo lo que crees que es importante pero quizás no lo es tanto, para vivir con lo menos que puedas, y destina una cantidad constante a ahorro e inversión. 

Cuando terminé este ejercicio Juan Carlos me dijo que tendemos a sobreestimar lo que seremos capaces de hacer dentro de 1 mes, sin embargo, es curioso como subestimamos lo que podemos ser capaces de generar dentro de 10 años. Me recomendó que lo guardase y no lo volviese a abrir, porque, efectivamente, era un poco absurdo en cuanto a que la manera en la que te enriqueces no suele ser algo lineal y en muchas ocasiones viene determinada por casualidades que se dan en momentos concretos que hacen que des un salto exponencial. Pero el ejercicio sí que era muy valioso para determinar cuáles eran tus necesidades, el nivel de vida que debías mantener y valorar lo que cuestan las cosas. 

Sí te pica la curiosidad, te dejo aquí el link para que puedas descargar la plantilla y hacer tú el ejercicio.

 

Estar dispuesto a sacrificar hoy por el largo plazo

Es cierto que debes tener muy clara la meta porque, de lo contrario, nuestro cerebro que es corto-placista y busca recompensas rápidas, no soportará todo el sacrificio por algo tan a largo plazo. Pero en mi caso, reconozco que tener todo esto escrito me ayuda a no desviarme. No quiere decir que no pueda ser cambiado con el tiempo, pero en momentos de bajón y de inestabilidad, es bueno tener ese documento. 

 

Escribo mi propósito-objetivos-prioridades hoy: CADA DÍA

Un plan sin un sistema no sirve de nada. Acabará encerrado en un cajón y cuando pasen los años, echarás la vista atrás, y te darás cuenta de que ha pasado el tiempo y no has avanzado nada. ¿Por qué? Porque es muy fácil dejarse llevar por el día a día. Es, de hecho, lo más fácil.

Hay veces que la gente me pregunta cómo hago tantas cosas a la vez. Te contaré el secreto, separando el grano de la paja. 

Esto es algo que antes no sabía hacer, pero junto con el documento anterior hay algo que me ha ayudado mucho. 

Cada mañana, la primera tarea del día es escribir en un papel mi propósito, resumido en 4 líneas, seguidamente mis objetivos, normalmente del año o medio plazo, y posteriormente mis prioridades de hoy. En este orden: propósito-objetivos-prioridades de hoy. No al contrario. Si alguno de mis objetivos no está alineado con el propósito de arriba, fuera. Si alguna de mis tareas de hoy no está alineada con mis objetivos, fuera. Así de simple es como separo el grano de la paja. No dejo que las tareas del día se me coman haciendo cosas que no me permiten avanzar hoy en ese plan a 10 años. Cada cosa que haga hoy, debe permitirme acercarme a mi meta. Quizás hoy no lo note, pero si lo hago cada día, todos los días, llegará un día que veré los resultados. O igual no, quién sabe. Pero lo importante es que disfruto del camino y además, tengo fe ciega en que lo conseguiré. 

 
Cómo multiplicarme: no vendiendo mi tiempo

Actualmente no paro de darle vueltas a cómo multiplicarme para hacer crecer mis ingresos. Si hay algo con lo que estoy de acuerdo con el famoso hilo de Naval de “como hacerse rico sin tener suerte” ( por cierto, si no lo has leído te lo dejo por ahí porque lo recomiendo) es que no me haré rico alquilando mi tiempo.

Esto es básicamente lo que hago ahora con Estudio Iber, y ojo, que tengo claro que hoy en día es mi fuente principal de ingresos y lo disfruto mucho, pero, al fin y al cabo, vendiendo servicios, debo crear algo cada vez que vendo algo y no paro de probar nuevos proyectos con los que pueda crear algo una vez y venderlo infinitas veces, aunque, he de reconocer, que conforme voy creciendo, también veo posibilidades para multiplicar Estudio Iber a través de un buen equipo en el que delegar. 

 

Conclusión y final

De momento, seguiré probando y haciendo cosas, cada día, sin parar y contándote mis errores y aciertos en este podcast. Si me quedo quieto, o me dejo llevar por lugares que no me llevan hacia mi meta, es seguro que no conseguiré lo que busco, si lo intento con ganas, tengo gran parte del camino ganado. 

Espero que te parezcan interesantes estos ejercicios. En el libro El Tao de Warren Buffet, decía que no hay nada como poner las cosas por escrito para obligarte a pensar y ordenar los pensamientos”. Si lo digo yo, no tiene valor, pero si lo dice Warren Buffet, ojo. 

Y bueno, hasta aquí. Esto ha sido todo. Ya sabes, espero que te haya sido útil, para cualquier cosa puedes encontrarme en mi web ignacioberges.com, donde te dejo también las notas ampliadas del capítulo con los enlaces y alguna cosa interesante que te he ido comentando. Y si quieres, puedes suscribirte a la newsletter así yo te aviso cada vez que tenga algo que contarte. Y si no quieres, pues no lo hagas. 

Esto es todo. 

Mil gracias siempre por escucharme. 

¡Qué pases buena semana y nos vemos pronto!

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