36. Rutina del «no tiempo» para generar IDEAS: nutrir y pensar
 

 

Enlaces recomendados:

 

 

Introducción al «no tiempo» de Kotler

«‘No tiempo’’ es la palabra que utilizo para denominar el vacío entre las 4:00 y las 7:30 horas de la mañana. Este agujero de ‘no tiempo’ me pertenece a mí y solo a mí«, dice Kotler en un post publicado en el blog TED Ideas.

La teoría de Kotler, que cuenta con el respaldo de la neurociencia, la pusieron en práctica en su día otros muchos genios.

Albert Einstein aseguró en su día que muchas de sus mejores ideas acudieron a su cabeza cuando estaba enfrascado en el noble arte de no hacer nada y disfrutaba de su tiempo libre.

También otro genioSteve Jobstenía la sana costumbre de tomarse su propio «no tiempo». El cofundador de Apple demoraba a menudo decisiones para explorar otras posibilidades y el «no tiempo» invertido entre decisión y decisión lo utilizaba para dejar que se abrieran paso ideas de naturaleza más divergente.

Por supuesto, tanto Einstein como Jobs, trabajaron duro para desarrollar sus ideas. Pero hoy vamos a hablar de ese”no tiempo”, o lo que es lo mismo, de no hacer nada y tener tiempo para pensar.

 

La reflexión en el podcast de Osman

Esta semana voy más tarde de lo habitual, lo sé, está siendo intenso el final de año. Y bueno último podcast, no de la temporada, pero sí del año. Ahora habrá un parón navideño porque supongo que ni a ti te va a apetecer escuchar podcast en estos días ni a mi hacerlo. Así que, lo vamos a dejar descansar unas semanas.

Son fechas típicas de reflexionar sobre el año, analizar y fijar objetivos, pero yo no te voy a hablar de ello, básicamente porque yo todavía no me he sentado a hacerlo. Lo haré, por supuesto, es algo que me gusta hacer, pero para mi el año no acaba hasta el día 31 y creo que siempre puedes cerrar una venta, ganar un proyecto, hasta el último día, así que hay que darlo todo hasta el final.

A la vuelta haré un capítulo haciendo spoiler, sin filtros, sobre como ha ido mi negocio y qué objetivos me marco para 2022. Y más novedades que va a haber. Te dejo con el hype.

Pero de lo que quiero hablarte hoy es de otra cosa. Hoy quiero hablarte precisamente de rutinas, y de dedicar tiempo a pensar. No solo a final de año o cuando quiera que hagas ese análisis, sino como algo que es un hábito constante. Puede parecer muy obvio, pero creo que muy poca gente introduce este hábito en su vida y, al menos para mi, es crucial. Yo me siento privilegiado por poder hacerlo, desde luego. Pero también reconozco que es porque dedico esfuerzo a hacerlo.

El otro día, cuando grababa el podcast con Osman, tuve una reflexión que me ha quedado dando vueltas en la cabeza. [Por cierto, muchas gracias por todos los mensajes que habéis mandado por ahí respecto a este podcast, parece que ha gustado mucho, y me alegra porque es un tema que me interesa mucho el del cerebro, creo que Osman es un crack, y viendo la acogida, seguro que habrá más…] Pero no me enrollo, como te decía, la reflexión fue cuando hablábamos de la creatividad. Osman decía que la manera en que el cerebro genera una idea novedosa, es conectando ideas. Yo le decía que, claro, por esa regla, cuantas más ideas tengas en la cabeza más creativo vas a ser. Es algo que se demuestra así científicamente.

Y pensaba en la cantidad de horas, desde hace muchos años, que paso yo nutriéndome de nuevas ideas. Es algo que está instaurado en mi rutina, el absorber ideas de otros, a poder ser buenas, el nutrirme constantemente de nuevas ideas.

Claro, entiendo que para que esto pase te tiene que gustar y lo que te lleva a esto es la curiosidad. Si no tienes curiosidad por ir más allá, por aprender cosas nuevas, por ver qué pasa por ahí fuera, será complicado que decidas por ti mismo consumir nuevas ideas como algo que forma parte de tu rutina.

Si no quieres ser creativo, ni lo necesitas, ni te interesa, pues me parece perfecto

Pero ay amigo, si sí quieres ser más creativo, o ves que podría venirte bien en tu profesión o en tu vida, pues vas a necesitarlo. Tendrás que dedicar tiempo a nutrirte de nuevas ideas y por otro lado, también tiempo para pensar. No queda otra. Y no lo digo yo, lo dicen la ciencia, que es sabia.

 

Profundizamos un poco más en lo que dice la ciencia

Como te decía, con Osman tocamos este tema, entre muchos otros, así que vamos a profundizar un poco más sobre esto.

Según Moran Cerf, un reconocido neurocientífico, al cerebro le cuesta mucho generar ideas de la nada.

El truco que recomienda para solucionarlo es «generar limitaciones».

Para ello propone este ejercicio, que no vamos a hacerlo aquí porque sería un poco coñazo para el podcast, pero puedes pararlo y hacerlo:

Coge tu móvil o un cronómetro y activa una cuenta atrás de 30 segundos. En ese pequeño periodo de tiempo debes intentar crear un juego. ¿Preparado? Pulsa el botón de comenzar. Cuando haya terminado el tiempo hazte la siguiente pregunta:

¿Ha sido muy difícil para ti?

Ahora Cerf complica el ejercicio. «Intentemos ahora el mismo ejercicio de nuevo, pero con un pequeño cambio: en los próximos 30 segundos, también deberás idear un juego pero esta vez, asegúrate de que el juego incluya una escalera y una flor. ¿Listo? Comienza de nuevo.»

Cuando termines, de nuevo, debes volver a plantearte la pregunta anterior: ¿Ha sido muy difícil para ti?

Para la mayoría de la gente, el segundo juego es más fácil. De alguna manera, las limitaciones de los elementos ‘escalera’ y ‘flor’ ayudan a reducir las opciones, y contribuyen a centrar la idea en lo que realmente se necesita, aportando un buen punto de partida.

Esto ocurre porque el cerebro se benefician de alguna estructura ya creada, necesita ese punto de partida. Al cerebro le resulta más fácil romper, doblar o conectar ejemplos que ya conoce, es decir renovarlos, que generar contenido de la nada.

Esto también explica el hecho de porque muchas veces se dice que las mejores ideas se nos ocurren en la ducha, o mientras hacemos deporte, o la actividad que sea. Sea la que sea nos referimos a que se generan en el subconsciente. Eso que está pensando en algo aunque tú no quieras. Pero claro, para que el subconsciente tenga material con el que trabajar, hay que darle material, hay que llenar la nevera de alimento.

 

Mis antecedentes

En mi caso concreto, muchas veces lo he contado, pero cuando diseño un producto nuevo, un negocio o una identidad corporativa, sigo siempre un método que he ido puliendo a lo largo de los años.

Este método puede variar un poco según el proyecto. De hecho, intento que varíe, lo recomiento, para no caer en la monotonía y acabar siendo máquinas de crear. Pero hay ciertos aspectos troncales que permanecen siempre.

La primera fase siempre es de alimentación. Si tengo que diseñar una identidad empiezo a empaparme de nuevas identidades, de buenas ideas de identidades que no conocía. Si es un producto determinado, de ideas acorde. Paso muchas horas viendo, analizando. Definiendo un estilo imaginatorio en mi mente que creo que encaja con el briefing o objetivo del proyecto.

Y aquí no hay otra, navego por internet o libros sin rumbo en busca de ideas que abran mi mente.

Cuando ya considero que tengo suficiente. Cuando mi cerebro me dice, “para ya, Ignacio, que no puedo tragar más”. Paro. Le hago caso.

¿Y qué hago entonces? ¿Me pongo a trabajar inmediatamente en la creación del nuevo concepto?

Eeeeror.

Lo dejo reposar unos días. Depende de los plazos que me pueda permitir son más días o menos. Pero lo dejo reposar, siempre. ¿Para qué? Para que mi cerebro asiente esas ideas, ordene todo y el subconsciente trabaje por mi.

Y esto, que parece una fumada del quince, no os podéis imaginar lo que funciona. A mi, al menos, me funciona de vicio.

La mayoría de mis ideas me han venido así, mientras hacía otra cosa, me venía algo, algo muy inicial. Pero a partir de ahí, te pones a trabajar sobre ese algo, empiezas a tirar del hilo, y acabas desarrollando el concepto.

 

Mi método: Toggl me delata

Esto de lo que te hablaba es cuando desarrollo un proyecto en concreto, pero ¿qué pasa si yo quiero generar nuevas ideas constantemente?

Pues que debes incorporar el hábito de consumir ideas de otros en tu rutina. Ya sabes que soy bastante friki con el tema de los hábitos, la productividad y las rutinas, así que te explico cómo lo hago yo.

Llevo un tiempo usando Toggl, como te conté en el episodio 30, si no lo escuchaste, pues muy mal, pero te cuento que es una herramienta para contabilizar el tiempo que dedicas a tareas.

Yo hasta ahora, solo le daba al play del temporizador cuando consideraba que me dedicaba a tareas de producir, por así llamarlo, y no lo hacía cuando paso horas y horas buscando información, leyendo artículos, en definitiva, consumiendo nuevas ideas.

Cuando miraba lo que había trabajado en la semana, igual me salían 40h o así, y me parecía muy poco, no digo que sea poco, pero es que me paso el día trabajando, entonces no me cuadraban las cuentas.

Un día, cronometré todo, y vi lo que pasaba. No estaba contabilizando, por un lado, las hora que dedico a gestiones de mis negocios, como puede ser, gestionar emails, seguimiento de proyectos o clientes, seguimiento de equipos, etc. Pero es que, tampoco contabilizaba las horas que dedico a divagar en consumir nuevas ideas sobre temas con los que ando enganchado en ese momento.

Y la verdad, son bastantes.

No te voy a decir que tenga una rutina militar en esto, porque es cierto que hay veces que justo te toca hacer una tarea que no te gusta mucho y es el momento idóneo para divagar por internet buscando ideas. Pero sí que dejo hueco cada día para hacerlo y permitirme dedicar tiempo a esto. Ya que lo considero esencial para mi desarrollo profesional.

Cuando sí lo tengo estandarizado es por las mañanas, en las que madrugo, me levanto a las 6:00h, porque creo que madrugar te permite tener ese espacio tranquilo antes de que el mundo se ponga en marcha y empiecen a llegar correos, llamadas, etc. Así tengo una rutina de arranque en la que dedico aproximadamente 1 hora a cotillear algunos medios, y sitios de interés. El resto, es más caótico.

 

Conclusiones y Feliz Navidad

Lo que quiero decir es, que si tienes un trabajo de 8 horas en el que no consumes muchas ideas y después llegas a tu casa y dedicas tu tiempo a otras obligaciones o lo dedicas a tumbarte en el sofá a ver Netflix, pues difícilmente vas a ser más creativo. Si no dedicas tiempo a pensar y nutrir a tu cerebro con nuevas ideas, y no me la cueles, estar tumbado en el sofá no es dedicar tiempo a pensar, no vas a poder generar nuevas ideas.

Y ojo, ojo, importante también es saber filtrar esas ideas que consumes. Si llenas tu cerebro de ideas de mierda, serás el creativo más creativo que genera las mejores ideas de mierda. Así que, hay que aprender a filtrar bien. De esto de cómo encontrar buenas ideas quizás hablemos en otro capítulo, o quizás no, quién sabe.

Si quieres saberlo, tendrás que estar suscrito para no perdértelo. Así que ya sabes. Y bueno, hasta aquí. Espero que te haya sido útil, si es así, pues si quieres compartirlo y suscribirte en la plataforma que lo escuches para no perderte los futuros que vengan, guay. 

Gracias por apoyarme todo este año. De verdad.

Esto es todo.

¡Que pases muy buenos días de Navidad y nos vemos a la vuelta!

P.D: Puedes conocer mis empresas Estudio Iber y Flip&Flip. Puedes hablar conmigo y ver mi día a día en Instagram o Twitter. De vez en cuando, comparto breves ideas sobre diseño y emprendimiento y algunas estadísticas de mis proyectos. Si quieres que te avise para no perderte ningún episodio puedes suscribirte abajo.

Para recibir la newsletter cada lunes, es aquí:
Iber diseñador freelance

Contacto

Para conocer cómo puedo solucionar tus problemas, es aquí: